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“No somos de una única forma. Tenemos gustos y personalidades poliédricas que se reflejan en cómo decoramos el hogar”, se lee en el último informe de tendencias decorativas de IKEA. Esta frase, que parece obvia, no lo ha sido durante los últimos años de minimalismo, de blanco impoluto, madera y fibras vegetales. Pero ya te lo hemos contado: el eclecticismo vuelve con fuerza en año, así que abracemos juntos ese je ne sais quoi de las casas cultas y vividas (que no necesariamente exclusivas).
Lo demuestran corrientes actuales como el maximalismo que, con sus colores y su personalidad abrumadora, nos empuja a atrevernos a hacer algo diferente. O el nuevo vintage, que no solo es conveniente (las piezas de calidad con buen diseño duran toda la vida y se revalorizan, además de ser más sostenibles), sino también muy seductor.
También el clásico renovado, que triunfa en Instagram con sus molduras, sus cuadros de estilo clásico, sus lámparas de aire vintage y sus hallazgos de mercadillo, combinados con orgullo con formas rectas y curvas, madera en crudo, o modernas puertas de cristal. Y, por supuesto, el cottagecore, un estilo que ha dejado de ser nicho para convertirse en tendencia abrazada por editoras tan populares como Zara Home.
El comedor que decoraron Malú González y su hija Jimena, con papel japonés de Élitis, mesa Antella de Kazuhide Takahama y sillas Superleggera de Gio Ponti, todo en Cassina. Sobre la chimenea, platos lusos, cuadrito de Christina Zimpel y tipo Albers pintado por Jimena. Más fotos, aquí.
© Manolo Yllera / Estilismo: Loreto López-Quesada
Y sí, lo sabemos: mezclar piezas de distintos estilos, materiales y procedencias y que el resultado no sea un absoluto pastiche no es fácil: la habilidad de crear un espacio ecléctico y con estilo, como sabrá cualquiera que se haya enfrentado a una estancia en blanco, es una virtud escasa. Sin embargo, cuando alguien la tiene, logra dar vida a esa decoración irresistible, singular e interesante que no paramos de ver en las últimas casas AD.
La interiorista Malú González, a cargo del estudio Pieldevaca, es una de esas personas de gusto infalible para la mezcla, hasta el punto de ser conocida como gurú del eclecticismo: “Me lo he ganado a pulso”, ríe, aunque reconoce que no fue buscado. “Ese adjetivo ha surgido a partir del diseño de espacios de bajo presupuesto, o condicionantes del tipo: la cómoda de mi suegra hay que colocarla sí o sí, y, además, en medio del salón. Al final, te las ingenias, y llegas a convertirlo en un desafío donde el reto es: ‘Pues sí, vamos a poner la cómoda y, además, ¡va a ser lo mejor de la casa!’. Me encanta cumplir esos caprichos, son los recuerdos del cliente y ¿quiénes somos los interioristas para quitárselos?”, reflexiona.
Su curiosidad, su amor por el oficio y su falta de prejuicios también han jugado un papel importante en su personalidad decorativa: “Lo ecléctico parte de tener una inquietud por acaparar todos los estilos. Y a mí, del barroco al minimalista, me atraen todos, porque no es tanto el estilo en sí, sino lo que contiene, lo que tienes que tratar de hacer tuyo”, explica.
En el salón de este acogedor piso lleno de muebles de segunda mano, sofá Julep, de Tacchini. El espacio también incluye una silla giratoria de Ellison Studios y un sillón Chromeo, un espejo de Soho Home, una fotografía de Jacques Brun, una alfombra de lana Handloom Frame, de Rugvista, y una lámpara de pie Coordinates Floor Design, de Michael Anastassiades para Flos. Un cuadro del hermano del diseñador, Sébastien Coutheillas, descansa sobre la repisa de la chimenea, junto a un espejo ya existente. Más fotos, aquí.
Entertainment news Celebrity gossip Movie and TV show updates Latest celebrity news Trending entertainment stories Las cuatro reglas mágicas para combinar diferentes piezas y estilos con armonía
González resume así las normas del buen eclecticismo:
- Generar unidad visual en el proyecto mediante un tejido, patrón, color o elemento que se vaya repitiendo. De este modo, el espacio que dejes atrás recordará siempre al nuevo en el que entras, produciendo esa unidad de la que hablamos y evitando el caos estético.
- Conseguir un orden y equilibrio básicos: es importante tener un continente muy organizado para que el contenido más caótico funcione. ¿Un ejemplo? El hogar en Madrid de Elena Ayuso, de La Californie (AD 100 / 2023). “En conjunto, hicimos una caja bastante neutra, en tonos muy similares, pero jugando con las texturas de las paredes, que van desde una biocal a una laca, pasando por un microcemento. La idea era que fueran los muebles y otras pequeñas piezas las que pusieran la nota de color“, explica una de las integrantes de La Californie (AD 100 / 2023).
- Evitar que los elementos que componen el espacio compitan entre ellos. Cuando tienes varias piezas de distintas épocas, personalidad e importancia, cada una debe tener una zona muy definida que no interfiera con el resto del conjunto. En este sentido, cabe señalar que hacerse con un buen surtido de piezas vintage navegando por rastros y tiendas de segunda mano es siempre un acierto, así como comprar obras de arte (no necesariamente caras). Por eso, este tipo de decoración es pausada y amorosa: no basta con ir a una tienda y hacerse con un juego completo de cada cosa; hay que ir enamorándose de cada elemento.4. Prestar atención a la iluminación, consiguiendo que cada elemento que compone el espacio tenga su luz única, pensada de manera que adquiera su propio protagonismo en el total de la composición. Además, esa iluminación debería ser siempre regulable, para crear con ello diferentes efectos.
En el dormitorio de esta vivienda diseñada por Casa Josephine, una pared de espejos y las cornisas del techo contrastan con el excepcional tapiz de Jacob Jordaens, tejido en Amberes entre 1630 y 1650. Sobre la cama, una colcha de terciopelo amarillo y bordados religiosos portugueses del siglo XVIII. Taburete francés de los años 60. Más fotos, aquí.
© Pablo Zamora
Entertainment news Celebrity gossip Movie and TV show updates Latest celebrity news Trending entertainment stories Importante: perder el miedo
No hay nada que esta interiorista no se atreva a combinar: “Lo mezclo todo: pasado, presente y futuro, colores que se matan, acero y latón (esa mezcla que tanto temen mis clientes…)”, confiesa González. “No hay que tener miedo a la mezcla: todo funciona si le dedicas su espacio“, nos recuerda. “El jarrón más feo (ese regalo de boda imposible), si lo colocas en una peana y lo iluminas con un foco que cierre mucho el haz de luz –de forma que cree un ambiente en penumbra en el que solo destaque dicho jarrón–, pasará a ser una obra de arte”.
Entertainment news Celebrity gossip Movie and TV show updates Latest celebrity news Trending entertainment stories Solo una excepción
A pesar de ser conocida por su capacidad para el eclecticismo y su falta de prejuicios a la hora de mezclar, sí que hay algo que no entraría en un interior de González: “Nunca haría que compitiesen un material noble con su imitación: madera con laminado, mármol con gres imitando a mármol, etc. No es que me niegue a colocar material sintético, pero ya se sabe: las comparaciones son odiosas, y siempre hay uno que sale perdiendo…”.
Entertainment news Celebrity gossip Movie and TV show updates Latest celebrity news Trending entertainment stories El truco de experta
“Hay algo que siempre funciona, y es meter, en espacios en los que todo es nuevo, una pieza única por lo que sea: por su rareza, por su espectacularidad, por su provocación o incluso por su fealdad (me vale el jarrón de la boda del que hablábamos antes…). Imprimirá carácter al proyecto al instante”, sentencia.
El salón de esta casa parisina da un giro encantador a su caché de estilo Haussmann con un sofá de la colección Adret Éditions, diseñado por RMGB, una lámpara de pie de Sabine Charoy, en la galería Meubles & Lumières, y un sillón Elettra de B.B.P.R para Arflex. Sobre una mesa de centro de Dan Pollock, de la galería Desprez Breheret, cerámicas procedentes de la Galerie Thomas Fritsch – Artium y, en la repisa de la chimenea, una pieza de Jacques Lacheny, de la galería Stimmung y la obra Flesh of the Spirit de Kendell Geers, en Carpenters Workshop Gallery. En la pared, un cuadro del artista maliense Amadou Sanogo, en la galería Magnin-A. La iluminación, cuidada al detalle, se materializa en el aplique Brasilia de Michel Boyer, de Ozone, y la lámpara de suspensión Gaucho de Faust Light, en Lune Éclairage. Más fotos, aquí.
© Matthieu Salvaing
Entertainment news Celebrity gossip Movie and TV show updates Latest celebrity news Trending entertainment stories Mucho que ganar
“Hacer un proyecto en el que se parte de cero y todo es proyectado por y para ese espacio es lo más fácil. Pero cuando los elementos que te dan para trabajar son limitados, se desarrolla más el ingenio, y el resultado suele ser más especial“, reconoce González. Por eso, no te dejes amedrentar por el hecho de contar con poco presupuesto o tener que aglutinar muebles de mudanzas anteriores: el efecto puede ser todavía más atractivo que de otra manera.
“Trabajar sin recursos agudiza la mente y saca lo mejor de uno, y eso queda ahí impregnado de una forma que no pasa desapercibido ni para el más profano en la materia. El resultado suelen ser espacios con alma, porque cuentan una historia, la del que lo crea, para el que lo va a vivir”.
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