¿Realmente queremos que James Bond sea un actor famoso? Lo que el nuevo Superman puede enseñar al nuevo 007

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Se cumplen sesenta y tres años de la aparición en la pantalla grande del espía más popular del mundo gracias a Ian Fleming, Albert R. Broccoli y Sean Connery, seis décadas en las que media decena de intérpretes se han puesto en la piel del agente 007 para hacernos disfrutar de una versión idealizada de la flema británica con licencia para matar y, por lo que parece, dentro de poco conoceremos al séptimo James Bond.

Amazon MGM Studios ha anunciado que Denis Villeneuve dirigirá la nueva película de James Bond, vigésimo sexta entrega en el canon que comenzó ‘Agente 007 contra el Dr. No’ (Terence Young, 1962) y primera de una nueva etapa tras la despedida de Daniel Craig del personaje con ‘Sin tiempo para morir’ (Cary Joji Fukunaga, 2021). “Soy un fan incondicional de la saga Bond. Para mí, es territorio sagrado”, asegura el responsable de títulos como ‘Sicario’ (2015), ‘La llegada’ (2016) y ‘Dune’ (2021). “Tengo la intención de honrar la tradición y abrir el camino a muchas nuevas misiones por venir”.

La saga, que incluye algunas de las mejores películas de acción y, por qué no decirlo, también muchas de las mejores películas de amor, entra en su séptima etapa, una división creada por los intérpretes que se han encargado de dar vida al protagonista. Por suerte para todos, no hay ni un claro favorito en la colección de actores que han pasado por la franquicia y, si bien el pobre George Lazenby cuenta con menos adeptos, los seis elegidos se ganaron su hueco en la historia del cine.

“Hemos tenido mucha, mucha suerte de que haya interpretado este papel”, subraya la omnipresente Barbara Broccoli sobre la despedida de Craig. “Era reacio a hacerlo porque sabía que iba a cambiar su vida, lo que obviamente ha hecho. Ha cambiado su vida, pero no le ha cambiado a él. Lo que nos ha permitido hacer con la franquicia es explorar realmente la vida emocional de Bond y adentrarnos en la persona y la complejidad y los conflictos que se producen dentro del personaje de Bond”.

Ese cambio de vida es importante para entender el modo en el que, hasta ahora, se había elegido a cada uno de los actores que han encarnado al personaje: Sean Connery, frío, calculador, sofisticado, cínico y violento, supo hacer suyo a un Bond que le convirtió en leyenda; George Lazenby hizo lo que pudo para aprovechar la oportunidad de su vida; Roger Moore, más simpático, se convirtió en el Bond oficial para una generación que no se lo esperaba; Timothy Dalton logró sobrevivir a convertirse en el Bond más infravalorado; Pierce Brosnan subrayó una elegancia que le acompañó después de 007 y Craig, la versión de carne y hueso, convenció hasta a los más reticentes al inicio de una carrera que, ahora, es imprescindible.

Seis grandes nombres cuya llegada a la saga supuso un antes y un después, convirtiendo el nombre de James Bond en el verdadero primer gran reto de su carrera al verse obligados a sumar ese extra personal a un personaje que, al mismo tiempo, debe obedecer unos patrones básicos. Para que todo esto ocurra, Bond debe prevalecer por encima del apellido que le interprete en cada una de las primeras iteraciones de cada nueva fase, algo que puede chocar con las prácticas habituales en los procesos de selección de reparto de las grandes productoras que, perseguidos por el terror capitalista, buscan desesperadamente las caras conocidas que puedan ir asentando un póster de postín.

Es fácil de entender que nombres como Aaron Taylor-Johnson, Jacob Elordi, Regé-Jean Page, Richard Madden, Jonathan Bailey, Paul Mescal y el ya eterno Idris Elba aparezcan en todo tipo de quinielas, pero, ¿realmente le vendría bien al personaje? ¿No pesaría demasiado la fama de estos intérpretes de moda? Aunque en su mayoría son rumores lanzados por aficionados, muchas de estas filtraciones parten realmente de equipos que, testando la opinión del público, utilizan como globos sonda estas noticias en las que miden la aceptación de unos y otros. Sin embargo, y teniendo en cuenta todo lo señalado hasta el momento en general, y la actuación de Taylor-Johnson en ‘Nosferatu’ (Robert Eggers, 2024) en particular, seguimos pensando que la mejor opción es un nombre nuevo que aporte un toque todavía desconocido.

Así lo ha demostrado el siempre avispado James Gunn que, ante la difícil tarea de encontrar un nuevo hombre de acero para su ‘Superman’ (2025), ha encontrado en el todavía semi desconocido David Corenswet a su hijo de krypton ideal. Como Christopher Reeve, Brandon Routh y Henry Cavill en su momento, Corenswet protagonizará sus primeras portadas de azul y rojo, permitiendo que sus propias cualidades calen en un personaje que debe hacer suyo mientras encuentra el balance entre lo desconocido y lo esperado.

Porque el verdadero privilegio de ser uno de estos seres mitológicos del imaginario colectivo, como Bond, no es el esmoquin, el martini ni el Aston Martin, sino desaparecer en el personaje y, con el tiempo, volverse una pequeña parte (aunque fundamental) del mismo.