Keanu Reeves: “Mientras pueda seguir pagando mis facturas, prefiero no pensar en el dinero, la fama o el éxito”

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Archivo Fotogramas recupera la entrevista a Keanu Reeves del número 1.869 de nuestra revista, perteneciente a julio de 1999, con motivo del 25 aniversario de ‘Matrix’, la película dirigida por las hermanas Wachowski que marcó la ciencia ficción del nuevo siglo.

En la última década ha sido chapero, héroe de acción, yuppy, caballero shakespeariano, policía, joven Buda y víctima de Drácula, experiencias más gratificantes en lo personal que en lo económico. Cinco años después de ‘Speed’, Keanu Reeves se puede decir que ha resucitado como estrella: lidera de nuevo la taquilla gracias a ‘Matrix’ , una mezcla de cine espectáculo e historia filosófica en la que vuelve a hacer de salvador. Siempre celoso de su vida privada, ha hecho una pequeña concesión para entrar en la matriz de su personalidad y, entre otras cosas, hablar de planes de futuro y de por qué todavía hoy los hay que dudan de su talento.

Sobre el rodaje de ‘Matrix’: “Aplaudíamos cuando se acababa una escena, era todo un chute de adrenalina”

Según las hermanas Wachowski, usted es el único que sabe de qué va ‘Matrix’…

Eso se lo dicen a todos con tal de pasar la pelota.

¿Es que nadie se atreve a explicar la trama de la película?

En una palabra: sería imposible. Es toda una cadena. Amor. Evolución, Fe. Dibujos animados japoneses. Frank Miller. Mitología clásica. Preguntas. Respuestas. Autoridad. Sistemas. Orden.

¿Y cardenales?

“No… ¡prefiero no pensar en ellos! Prefiero no pensar en el aspecto físico de la película. Es indudable que es un gran espectáculo visual, pero lo que me gusta de ‘Matrix’ es que está llena de significado. No es una simple imagen vacía”.

Pero los moratones siguen ahí, a juzgar por los lamentos de los miembros del reparto…

Veamos: Hugo (Weaving) se hirió en la cadera, Carrie-Anne (Moss) en la cadera y en el tobillo, Laurence (Fishburne) se dio en la cabeza y se abrió el párpado…

¿Y usted?

Un par de veces no pude andar. Bueno, exagero, pero hubo un par de secuencias en las que tenia que cargar como 25 kilos de armas y esperar a que los de efectos especiales hicieran su trabajo. Vamos, que tuve que quedarme quieto como unas tres horas y luego no me respondían las piernas. También estaba la escena del kung-fu. Fue lo último que rodamos de la película. Luego me quedé baldado. Además, eran meses de entrenamiento para que luego todo se quedara en una sola toma. Lana Wachowski solía decir que era como las olimpiadas; uno se entrena, se entrena y luego solo tiene una oportunidad en la pista.

¿Es cierto que iban a ver las escenas de los demás?

Sí, y aplaudíamos cuando se acababa. Era todo un chute de adrenalina: las sirenas sonando; al actor que le tocara ese día, rodeado de cables; ruidos de lo más raros; media docena de tipos sujetando los cables… Todo para hacer un giro en el aire de 360 grados como si fuera lo más normal y cuatro cámaras rodándolo. ¡¡Como para no aplaudir!!

¿Se sintió como Peter Pan?

Especialmente en la escena en la que salto hacia Laurence desde el helicóptero. Hasta se me escapó un grito de ¡puedo volar! Fue una maravillosa fantasía, como jugar a indios y vaqueros”

Su ilusión suena casi masoquista, entre tanto dolor…

Sí, me gustó mucho, me gusta la intensidad y me gustan los retos, y esta película tiene mucho de ambas cosas. Además, soy una persona bastante preparada físicamente, lo que hizo los meses de entrenamiento algo más fáciles.

Al menos le servirán para controlar sus frecuentes caídas de moto…

Sí, ya he aprendido a caerme mejor…

En general, parece que disfruta con las emociones físicas fuertes como las carreras de motos, el hockey…

Sí, me gusta esa sensación. En hockey soy portero, y me encanta este juego. Lo practico siempre que me queda un momento libre.

Algo muy canadiense, el hockey… ¿Era esa su ambición en Canadá, ser jugador de este deporte?

La verdad es que me tomé lo del hockey muy en serio hasta que tenía 17 o 18 años, y entonces empecé a interesarme un poco por la actuación… hasta que tuve que tomar una decisión por una cosa o por la otra. Fue fácil, porque un día me encontré jugando al hockey pero pensando en actuar, y eso fue lo que me decidió.

Sobre la fama: “La carrera de un actor es la carrera de un parado, y de vez en cuando tienes trabajo”

¿Recuerda cuál fue ese primer momento en el que se sintió una estrella?

Sí, fue cuando me contrataron para una obra llamada ‘Wolf Boy’ en Toronto. Tenia 17 o 18. Poco más.

¿Y cómo han cambiado las cosas desde entonces?

No soy tan famoso, si es a eso a lo que se refiere. Me puedo mover con tranquilidad por Los Ángeles y Nueva York. No soy tan conocido. ‘Speed’ fue un éxito, pero es solo una película… y esta industria se mueve muy rápido.

De hecho, hay quien ve ‘Matrix’ como una resurrección de su carrera, una forma de recuperar su posición como estrella.

Como actor, mi única esperanza es hacer un buen trabajo y, con suerte, la gente irá a verlo. Al fin y al cabo, la carrera de un actor es la carrera de un parado, y de vez en cuando tienes trabajo.

¿No le parece una versión demasiado pesimista a estas alturas de su carrera?

Es así. Como cualquier otro actor, no sé de dónde me vendrá el próximo trabajo. La naturaleza de esta bestia es que trabajas, acabas tu trabajo y no se han apagado todavía las luces cuando piensas: ¿Volveré a trabajar de nuevo?

¿Acaso le asaltó ese duda cuando decidió pasar del proyecto de ‘Speed 2’?

No, eso me lo dijo el corazón.

¿Qué le dirá el corazón en el caso de ‘Matrix 2’?

Que si me proponen algo tan inteligente y con la misma gente que en esta ocasión, que cuenten con uno más. No es que tenga fobia a las segundas partes. En el caso de ‘Speed 2’, influyeron varios factores como el hecho de que tenía que irme de gira con mi grupo. ¿Quién sabe? También tienes que cargar las baterías. Tienes que vivir tu vida, regresar al mundo real y cargarte de nuevo. Vivir para que puedas hablar de la vida. Visitas a tus amigos, viajas, estudias, te enteras de lo que ha pasado mientras has estado trabajando. La mejor manera de hacerlo es con mi banda. Adoro la música, Me encanta tocar con ellos, me siento entre amigos.

Sobre su grupo de música: “La gente siempre parece bromear con mi afición a la música”

Dada la banda sonora que tiene esta película… ¿no le hubiera gustado haber intervenido musicalmente con su grupo?

Soy un actor, y mi trabajo se reduce a eso. Normalmente no entro en ningún tipo de decisión de ese tipo, aunque en ocasiones me puedan abrir una puerta para hacerlo. Es casi como jugar a los dados.

Quizás algún día sea el director de su propia película…

No creo, pero es algo que todavía no me he planteado. Creo que soy bastante joven para pensar en esas cosas. La verdad es que de decidirme a dirigir, me atrae más dirigir algo en el mundo del teatro. Quizá sea eso lo que haga.

¿Cómo se plantea su carrera musical comparada con su carrera como actor?

Voy improvisando sobre la marcha. Es maravilloso tocar en directo, muy divertido, y creo que cuento con un grupo muy bueno donde hacemos algo bueno y personal.

¿Y cree que le toman en serio, musicalmente hablando?

Es frustrante. La gente siempre parece bromear con mi afición a la música, y creo que ya llevamos tiempo suficiente como Dogstar como para que nos tomen en serio, al margen de que te guste o no cómo tocamos.

¿Actor o músico?

No ha llegado ese momento de tener que decidirme por lo uno o lo otro. Lo que tengo claro es que nunca dejaré de actuar para dedicarme a la música. Siempre he querido ser actor, y disfruto mucho con este trabajo.

¿Ha tenido ya tiempo para buscarse una única casa?

Sigo de un lado para otro, tengo hogares aquí y allá. Es así como funciono.

¿No echa de menos una casa, un hogar, una familia?

Digamos que todavía no es el momento, pero, como ahora todos vivimos más años, todavía me queda tiempo. Además, todo el mundo está aterrorizado con la proximidad del nuevo milenio, así que cualquiera sabe si finalmente vendrá el Apocalipsis. Yo no lo creo, pero también me parece que parte de esta fiebre por formar una familia viene del impulso inherente que existe en los humanos de mantener la especie, especialmente en tiempos en los que temen una extinción.

Sobre su carrera como actor: “Soy el saco de todos los golpes de la crítica”

Una vez más, ‘Matrix’ es una película de gran estudio. En su carrera son pocas las películas independientes…

Trabajar con un estudio es genial. Tienes todo el apoyo y puedes acometer proyectos más grandes. De todos modos, mi visión de Hollywood va más allá del espectáculo, y creo que también hay gran parte de emociones y significados contenidos en estas películas.

Sin embargo, existe esa impresión de que alguien que trabaja rodeado de efectos especiales es menos actor que el que se sube a un escenario.

He hecho las dos cosas, y, desde luego, yo no diría eso. Lo que usted está llamando escenas de acción está conectado con una historia: no es un puro espectáculo, aunque sea algo espectacular. Para un actor, sigue siendo interpretación. Siguen diciendo ¡acción! y tú tienes que expresar las emociones contenidas en ese plano. Es un reto diferente, pero sigues haciendo el mismo trabajo. Estás colgado de millones de cables, inmóvil, con dificultades para escuchar lo que te dicen y, aun así, tienes que actuar como si no pasara nada. Creo que allí todas tus capacidades de actor entran en juego.

¿Por qué cree que sus habilidades como actor siempre son comentadas?

Porque en cuanto ven un cierto desapego de la pantalla, una cierta frialdad, se lo toman como una mala interpretación. ¡Soy el saco de todos los golpes de la crítica! Supongo que todo viene de mis comienzos con ‘Las alucinantes aventuras de Bill y Ted’, una película que les echó para atrás respecto a mi. Después, la verdad es que ‘Drácula de Bram Stoker’ no se puede decir que fuera mi mejor trabajo, así que, con todo eso, ya no saben qué pensar de mí como actor.

¿No le preocupó hacer otra película sobre inteligencia artificial y tecnología después de la fría acogida que tuvo en su momento ‘Johnny Mnemonic’?

Para nada. No tuve más que leer el guion y conocer a Lana y a Lilly para saber que no tenía nada que ver con ‘Johnny Mnemonic’. Me encantaba su visión de la historia. Me encanta plantearme la relación entre la tecnología y el hombre, el creador y su creación. Me gusta ese espíritu maternal que hay respecto a la tecnología que nos rodea, ese nivel de hiperrealidad.

Sobre su relación con Carrie-Anne Moss: “No somos más que amigos”

¿Cree que usted es tan obsesivo como su personaje?

O más, debe de venir de la familia de mi madre.

Y los rumores de su idilio con su compañera de reparto, la actriz canadiense Carrie-Anne Moss…

No somos más que amigos.

¿Le ha dado algún consejo de lo que le espera cuando le llegue la fama?

¿Es que solo te llega una vez?

Yo no lo sé… ¿Cuál es su opinión? ¿Hay más de un éxito?

Disfruto trabajando como actor. No es lo único que quiero hacer en mi vida, pero me parece el mejor trabajo. Me gusta porque me da la oportunidad de trabajar con gente estupenda: todos los que conozco en un rodaje, desde el chico que lleva las luces hasta los directores. Por supuesto que hay un lado unido al éxito, a la fama. Con un poco de suerte, la película es un éxito y la gente me quiere volver a contratar porque piensa que puede hacer suficiente dinero conmigo. Me parece bien, es el otro lado de este negocio. Pero no es la parte fundamental de mi vida. Afortunadamente, he podido ir haciendo lo que quería. Mientras pueda seguir pagando mis facturas, prefiero no pensar en cosas como el dinero, la fama o el éxito.

Si tuviera la posibilidad de conectarse directamente al cerebro un libro, ¿cuál escogería?

El ‘Kama Sutra’, por supuesto.

Ah, ¿todavía tiene dudas sexuales?

Uno siempre puede aprender algo más.